martes, 5 de diciembre de 2017

CARTA ABIERTA A MI PRESIDENTE

Señor Presidente:

Quiero desearle todo mi acompañamiento y mis pésames por lo ocurrido con el submarino ARA San Juan. También desearle mis pésames a la familia de las cuarenta y cuatro víctimas en semejante tragedia.
Aprovecho este momento sensible por el que estamos pasando todos los que habitamos este hermoso país, nuestra Argentina, para poner en tinta y en letras algunos pensamientos que hace tiempo vienen ocupando mi cabeza.
Considero el actual un momento y una oportunidad inigualable de “cambiar verdaderamente” y no utilizar el verbo en imperativo de “cambiemos” como un slogan. Creo que es el momento y la oportunidad de cambiar verdaderamente algunas cosas de fondo.
No solo se lo pido, se lo exijo como ciudadano, como hijo de este país, como padre de hijos de este país y porque usted está gozando de una oportunidad histórica, única.
Considero oportuno el momento de parar, de decir “basta”, de formar, capacitar y entrenar personas que en primer lugar son vidas, y en segundo lugar, requieren una alta inversión, que la pagamos entre todos, para después meterlos en “chatarras” como lo fue el submarino “ARA San Juan” construido en el año 1983, perdido recientemente. Que dicho sea de paso no fue el único caso.
También fue “chatarra” cada uno de los aviones de guerra que hemos comprado durante nuestra historia y que se fueron cayendo con pilotos y técnicos altamente capacitados. Hablo con fundamento porque estoy casado con la viuda de un teniente que falleció tratando de desviar su Mirage M3 de sobre la ciudad de Córdoba dejando a dos niños huérfanos. Bueno usted seguramente sabrá de más casos que yo. Está usted en el momento justo de poner a nuestra ARMADA a la altura de los tiempos, ya sea tecnificando y reconsiderando las hipótesis de conflictos que no se arreglan, comprando armamento de descarte de los países que se dicen modernos o de avanzada.
Nuestra hipótesis de conflicto debe ser trabajar hacia una paz buscando una integración de las naciones. Tampoco debemos considerar al Servicio Militar Obligatorio como una posibilidad a ser re instalado, el personal de armada debe estar compuesto por profesionales bien pagados y bien preparados y bien cuidados.
Creo que se viene haciendo un buen trabajo en algunas provincias de renovar el personal para tener una fuerza de seguridad con la Gendarmería, la Prefectura y las Policías, modernizada en herramientas necesarias, pagándoles un buen sueldo y castigando a los que no cumplan con los reglamentos.
Sin duda esto va de la mano de un buen SISTEMA EDUCATIVO. Déjenos tan solo soñar con tener las escuelas que tuvimos, con un programa amplio e inclusivo, con maestras y maestros preparados y respetados, con un programa que apuesta a una generación de conocedores de un panorama amplio y rico. Que nuestros hijos salgan de una primaria sabiendo leer, sumar, restar y multiplicar; que aprendan cuestiones básicas de respeto y acuerdos mínimos que condigan con una convivencia. Estará sembrada la base de un bachillerato enriquecedor y de jóvenes estudiantes que se van a esmerar por lograr sus títulos.
En esta línea nuestros jóvenes en diez o quince años podrán replantear nuestras bases que hacen al TRABAJO. Está usted ante una coyuntura ideal para repensarlo. Considerar a las producciones regionales como potencialidades para la producción de materias primas. El sur con sus frutas, el oeste con la uva y el vino, el norte con la yerba, el té y los cítricos. Usted sabe muy bien de las políticas de poco apoyo que sufre nuestra producción de fécula a partir de la mandioca y también la producción de madera; ni hablar de la horticultura, fuente de trabajo inagotable. Considero que el apoyo a pequeños emprendimientos industriales de producción de herramientas de trabajo es imprescindible para soñar con un mañana. Tenemos materia prima para dar de comer a mucha gente, tan solo una pequeña política de apoyo y una puesta en su debido lugar a los sindicatos que deben trabajar para que las condiciones laborales sean dignas y justas tanto para trabajadores como para dadores de trabajo, pero sin artilugios corruptos que enriquecen a pocos y empobrecen a los trabajadores.
Seguramente un apoyo y una clarificación en el funcionamiento de las cooperativas que tanto sirvieron a nuestros abuelos nos darán una mirada de optimismo hacia el futuro.

Señor Presidente me duele que el doctor Albino hable de desnutrición, pero él también tiene una respuesta, tan solo hace falta un poco de leche y un poco de azúcar para que los niños puedan ir sanos a la escuela. Muchas han sido las propuestas en nuestra historia (Cajas PAN, Bolsones y nuestro subsidio universal por hijo) para contrarrestar una mala ALIMENTACIÓN pero se han transformado en corruptas herramientas para lograr una eternización en los cargos públicos, olvidándonos que deben ser herramientas para generar una población fuerte y sana en un futuro, que no es tan lejano. Un niño que come bien hoy, dentro de quince años solamente, estará sentado en la universidad o estará aportando su mano de obra sana a la producción.
Cuenta usted con una buena base, con un buen capital en centros de SALUD que nos legaron nuestros padres. Es cierto, debemos reconocer que hay instalaciones obsoletas y caducas, con poca inversión y una re planificación de nuestro sistema de salud. Podemos ofrecer este bien a toda la población con dos pautas claras, médicos que trabajen con un sueldo digno y un control claro en los hospitales para que los insumos lleguen a los pacientes.
En nuestras últimas elecciones la gran población que usted preside volvió a afirmar que la DEMOCRACIA es un bien innegociable. Ya no podemos pensar en autoritarismos pero para que la democracia sea tal, hay que exigir y seguir profundizando en el funcionamiento coherente de cada uno de los poderes.
Los jueces deben poder trabajar en libertad y asumir sus compromisos dentro de un marco cómodo y esto se logra con pocas inversiones. Se debe profundizar en la imparcialidad de nuestro SISTEMA JUDICIAL y se lo debemos exigir. El sistema carcelario no puede ser una escuela de ladrones, debe ser el sueño de una institución que reeduca e inserte a las víctimas de un sistema económico, que incluye a pocos pero que dejó afuera a demasiados niños que ahora son jóvenes.
Tal vez la tarea de que nuestro CONGRESO funcione como tal no dependa directamente de usted, pero debemos continuar profundizando en que nuestros diputados y senadores sean ciudadanos comprometidos en trabajar por una democracia que no cuente con “banelcos” ni con ocupadores de bancas eternizados a partir de negociados que se concretan ante cada elección.

En este sentido, Usted Sr. Presidente, como Poder Ejecutivo no necesita una ley que le abra posibilidades de decretar por necesidad y urgencia. Todo es urgente y no hay mejor forma de salir de la urgencia que haciendo cumplir las leyes que nuestros padres y próceres nos legaron con tanto amor y esmero.
Es desde el gobierno, desde cada uno de sus poderes, pero sobre todo desde su voz y su rol como presidente, que debe salir un mensaje claro de integración y de unidad de nuestro país. Urge salir de esta gran herida que llevamos cargando desde los inicios de nuestra patria que nos divide y que en ocasiones, nos enfrenta. Usted, Señor Presidente debe romper esta dualidad entre “federales” y “unitarios”, entre “peronistas” y “opositores” entre los “buenos” y los “malos” que algunos gobiernos han patrocinado. Apremia superar la “grieta” para poder mirar al futuro, haciendo justicia y haciendo valer el derecho a la que obliga la democracia.
Usted sabe muy bien que nuestro país ha contado con fabulosas vías públicas y de transporte. Las vías férreas cubrían el país, las vías fluviales eran utilizadas en algún momento con mayor frecuencia que ahora. Nuestras rutas y calles están trazadas de manera que cubren y conectan gran parte del país. Tan solo una orden suya de que las OBRAS PUBLICAS sean cumplimentadas en tiempo y en forma. Que las inspecciones de un asfalto no dependa de un “Ford Falcon” —y usted sabe de qué estoy hablando—. No solo la inconsciencia y la irresponsabilidad al volante matan, el mal estado y la falta de inversión en nuestras rutas matan mucho más.

En pleno tercer milenio no podemos pensar en que haya zonas, personas y niños que crecen sin un acceso a la electricidad. Tenemos un PLAN ENERGÉTICO muy bien pensado, es cuestión que se lo aplique. No hay razones para construir grandes represas, que lo único que hacen es matar a nuestros ríos. Tampoco hace falta construir grandes generadoras termonucleares. Para ello nos bastó la catástrofe de Chernovil y Fukuyima. Tenemos una gran reserva de gas, carbón, viento y sol para producir energía más que suficiente para las próximas generaciones. Los jóvenes ya se ocuparán de resolver el futuro energético. Si usted va a cualquier feria, que se celebra en nuestras escuelas técnicas, se sorprenderá lo que ellos hacen y sueñan. Es necesario fomentar pequeñas inversiones en planes proyectados de generación y de distribución, y castigar a aquellos que no cumplen con lo proyectado y presupuestado.
Todos los meses escuchamos el alto costo que tiene nuestro GASTO PÚBLICO y para nadie de nosotros que entramos de vez en cuando a alguno de nuestros municipios, a pagar nuestros impuestos, esto nos sorprende. Yo estoy seguro que si hay un plan de producción y de generación de trabajo muchos de ellos dejarían su cargo de “Ñoqui” para dedicarse a un trabajo digno. En esto seguramente peco de optimista pero nuestros puestos de trabajo público no pueden ni deben servir para acomodar amigos o falsear estadísticas de ocupación. Nuestros empleados públicos deben responder al ideal griego de estar al servicio del pueblo poniendo al estado a su disposición. Señor Presidente con pocas herramientas de hacer eficientes y ejecutivas a cada una de las oficinas del estado, cada uno de los ciudadanos vamos a pagar con gusto el impuesto que haga falta para el sostén de este Estado. Y verá Usted que ya no tendremos que recurrir a préstamos usureros que nos entregan países o instituciones que se ponen el nombre de bancos.
En esta línea quiero recordarle que un equipo de técnicos ha realizado durante diez años un amplio estudio, subvencionado por la Federación Luterana Mundial, sobre lo ilegítimo de las DEUDAS EXTERNAS en nuestros países Latinoamericanos. Ecuador fue el único país que auditó su deuda y pudo constatar que solamente el veinte por ciento de la deuda era legítima. Vale la pena revisar este capítulo que tanto mal nos está haciendo y que roba la comida de la boca de nuestros hijos.
Si hablamos de deuda no podemos dejar de hablar de nuestro medio ambiente, de nuestro suelo, de nuestra agua, de nuestro PATRIMONIO ECOLÓGICO. Lo tenemos prestado de nuestros hijos y no puede usted permitir que lo sigamos envenenando a costa de la salud de todos. Si seguimos apostando a esta producción esquilmante y extractivista, la deuda con el futuro será muy grande. Existen, y son ciertas, las alternativas de producción agroecológicas que al decir del japonés Fukuoka son tan o más rentables, generan mejores productos e incluso mejora el suelo.
Digo, si hoy Usted se juega a profundizar nuestra democracia, a apostar a la educación, a la salud, a una sociedad que renueve su compromiso con el trabajo y la producción tan solo nos queda repetir con Joan Manuel Serrat “Bienaventurados los que están en el fondo del pozo porque de ahí en adelante sólo cabe ir mejorando”.

Waldemar Oscar von Hof DNI 12.233.832
Licenciado en Teología, Master en Liturgia, Pastor en la Iglesia Evangélica del Río de la Plata y Escritor, 
Leandro N. Alem, Misiones, Argentina

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