miércoles, 6 de diciembre de 2017

Culto del primer Domingo de Adviento en Bahía Blanca

El domingo 3 de Diciembre, en la comunidad de Bahía Blanca, en Castelar 2257, celebramos el culto del 1° de Adviento, preparado por la Mujeres del Distrito Sur.
Comenzamos con esta lectura antifonal mientras que escribíamos la palabra ADVIENTO, y armábamos la corona:
Guía:            Aquí reunidos hoy, Señor, nos encontramos
Comunidad: Dando gracias y loor (colocamos la corona sin nada sobre el altar)
Guía:            Venimos a compartir y a celebrar en comunión tu amor de Dios
Comunidad: Inmensas son tu bondad y misericordia (le atamos las cintas a la corona)
Guía:            En este tiempo de Adviento
Comunidad: Nos preparamos para celebrar tu venida (colocamos las velas en la corona)
Guía:            Todos jubilosos y con esperanza
Toda/os:       Oramos juntos, Ven Señor Jesús. Amén. (encendimos la primera vela)
Autoría: Adaia Ubarne, Arelys Luna, Lisseth Rojas, Julio Ubarne, Adriana Ureña, Clara Bonilla, Tommy Quintero, Jaime Jancen y José Bermúdez
Escrito en el marco de un Taller ecuménico de Liturgia realizado en la ciudad de Maracaibo (Venezuela) el 19 de noviembre de 2003, auspiciado por la Red de Liturgia y Recursos de Educación Cristiana de CLAI-CELADEC y la Iglesia Presbiteriana en Venezuela.
Después de un canto recordamos que estamos reunidos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, leímos el Salmo 80, agradeciendo a Dios por ser tan incondicional con nosotros/as.
En el momento de confesión de pecados hicimos esta oración con letanía:
Señor: te pedimos perdón por las veces que sometemos, a otro/as, y a todo lo has creado, abusando de nuestro poder, desconociendo que el único PODEROSO eres tú.
¡Guíanos con tu amor, Señor!

Señor: te pedimos perdón por ser, en ocasiones, soberbio/as, queriendo imponer "nuestra verdad como única", cuando sabemos que LA VERDAD la tienes tú.
¡Guíanos con tu amor, Señor!

Señor: te pedimos perdón por las veces que pasamos de largo o miramos para un costado, ante la necesidad o el sufrimiento de las personas, sabiendo que fuiste tú el que entregaste TU VIDA EN LA CRUZ por nosotros/as.
¡Guíanos con tu amor, Señor!

Señor: te pedimos perdón por las veces que con nuestros prejuicios, juzgamos, en lugar de comprender, sabiendo que el único que JUZGA, eres tú.
¡Guíanos con tu amor, Señor!

Señor: te pedimos perdón por las veces que cargamos en otros o en el afuera nuestras responsabilidades, olvidando que PONIÉNDONOS EN TUS MANOS PODEMOS DESCANSAR.
¡Guíanos con tu amor, Señor!

Señor: te pedimos perdón por no reconocer nuestras faltas, arrepentirnos y pedir perdón por ellas, sabiendo que eres un PADRE/MADRE BUENO/A, QUE NOS PERDONA SIEMPRE.
¡Guíanos con tu amor Señor!

Señor: te pedimos perdón porque en momentos de angustia y desesperación nos olvidamos de ti, cuando nos dices: "NO TENGAN MIEDO QUE YO ESTOY CON USTEDES".
¡Guíanos con tu amor, Señor!
Confesión: ¡Guíanos con tu amor, Señor! - Llamado a la Confesión: Juan 8:2-9 Autora: Julia Cabeza-Mecker
Y luego del anuncio de la gracia de Cristo, tuvimos un momento de reflexión a través de estas palabras:
El perdón de Dios, su gracia infinita, nos invita a trabajar para su Reino en el mismo espíritu de Cristo. Tengamos un momento de reflexión con estas palabras del poeta chileno Pablo Neruda:
“Hace tres días volví a entrar en mi casa después de una larga ausencia.
Grandes grietas cubrían las paredes. Los cristales, hechos añicos, formaban un doloroso tapiz sobre el piso de las habitaciones.
Debemos limpiar, ordenar y comenzar de nuevo.
Mis últimos trabajos fueron una traducción y un largo poema de amor que quedó inconcluso.
¡Vamos, poema de amor! ¡Levántate de entre los vidrios rotos, que ha llegado la hora de cantar! ¡Ayúdame, poema de amor, a restablecer la integridad, a cantar sobre el dolor!
Es verdad que el mundo no se limpia de guerra, no se lava de sangre, no se corrige del odio. Es verdad. Pero es igualmente verdad que nos acercamos a una evidencia: los violentos se reflejan sobre el espejo del mundo y su rostro no es hermoso ni para ellos mismos. Y sigo creyendo en la posibilidad del amor. Tengo la certidumbre del entendimiento entre los seres humanos, logrado por los dolores, sobre la sangre y sobre los cristales quebrados.”
Oremos: En este primer domingo de Adviento vivimos el desafío del camino nuevo, a estrenar. Cada año “estrenamos” ese mismo camino. Es el tiempo de la oportunidad, de comenzar de nuevo, de dar un giro en nuestras vidas, como cuando niños/as estrenamos el cuaderno en el primer día de clases. Muchos cristianos y cristianas se animaron a aprovechar la oportunidad que Dios nos da de hacer la diferencia, de cambiar al menos un poco la realidad del momento y lugar que les tocó vivir. Danos la fuerza y la decisión de comenzar hoy, que podamos salir renovados/as por tu Palabra, que usemos nuestras mentes y manos para limpiar, ordenar y comenzar de nuevo. Te lo pedimos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Las Lecturas Bíblicas:
Isaías 28:14-17;
Juan 1:9-14, fueron leídas por Lidia DN y Linda; mientras que el texto del mensaje,
Gálatas 3: 26-28, lo leyó Lidia B.
Reflexionamos acerca de la fe, que hemos recibido a lo largo de los tiempos por personas iluminadas, personas de fe, que salieron de su comodidad y pusieron su fe en primer lugar.
Esas personas son como estrellas que nos siguen iluminando, como inspiración y ejemplo. Como un gesto, fuimos pasando adelante y pegamos una estrella con el o los nombres que nos han iluminado con la estrella de Belén a los pastores.
Mientras la música "Enciende una luz", de Marcos Witt, pasaba de fondo, la gente pasaba a pegar su/s estrella/s.
Luego, juntos/as leímos el "Credo de la esperanza", de autor desconocido:
Creo en Dios como Padre protector,
que ampara mis pasos vacilantes,
guía en las noches de temor
y amigo en los días de desesperanza.

Creo en Dios como Madre amorosa,
contenedora de mis limitaciones,
que sustenta mis sueños deseados
y mantiene mis esperanzas.

Creo en Dios como Salvador,
que cuida de mi en mis pasos equivocados,
que me enseña el canto de la victoria
y que susurra palabras que animan el vivir.

Creo en Dios como Espíritu,
viento que calma la furia de lo cotidiano,
que inspira a la carne fatigada
y aporta sentido en aquello que los ojos no logran ver.

Creo en Dios como “sin-Palabras”,
más allá de las religiones y los  dogmas,
más allá de las palabras y las definiciones,
más allá de mí, de ti y de nosotros....
Creo en Dios, de la forma en que sé creer.
Mientras reflexionábamos acerca de ser luz, de estar revestidos en Cristo, miramos el video "Ilumina al mundo".
Una vez celebrado la Santa Cena llegamos a la oración de intercesión. Compartimos nuestros agradecimientos y pedidos, oramos de esta manera:
Oremos:
Señor, tu “adviento” es presencia, es, tu deseo de estar siempre con nosotr@s. No hace falta que te gritemos para que vengas. Ya vienes tú sin que te llamemos. Eres el gran presente. Ya estás aquí.
Vivir el adviento es, sencillamente, dejarte estar, cada día más, con nosotros y nosotras. Por eso te decimos:
Señor, queremos que seas adviento en todos y para todos.
Que seas adviento en todas nosotras para que llenes de sentido nuestra vida y así te hagamos presente en nuestro mundo.
Señor, queremos que seas adviento en todos y para todos.
Que seas adviento en nuestras familias y comunidades para que vivamos en el amor y la comprensión, en todos nuestros hogares disfrutemos del calor que necesitamos.
Señor, queremos que seas adviento en todos y para todos.
Que seas adviento en todos los pueblos y ciudades del mundo, para que desaparezcan las guerras, el terrorismo, la falta de libertad, el hambre.... y todos vivamos como hermanos y hermanas.
Señor, queremos que seas adviento en todos y para todos.
Que seas adviento en todos quienes formamos la Iglesia para que no deformemos el “evangelio” y seamos testigos auténticos de tu presencia en el mundo.
Señor, queremos que seas adviento en todos y para todos.
PRECES - QUEREMOS QUE SEAS “ADVIENTO” - www.mercedariasmisionerasdeberriz.net
Compartimos el Padrenuestro y recibimos la bendición:
Vayamos en fe para examinar en nuestros corazones el misterio de este momento.
Que la vida nazca dentro de cada uno, cada una, que Cristo Jesús pueda ser visto entre nosotros y nosotras y que la alegría pueda rodearlos como el canto del ángel.
Dorothy McRae-McMahon- Australia
Fuente: A world of Blessings, comp. Geoffrey Duncan, Canterbury Press, Norwich, 2000 Trad. Roberto Jordan (Argentina)
Cantando "Caminemos a la luz de Dios", nos saludamos con abrazo. Un hermoso y bendecido culto.

Estela Andersen

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